¿Tengo buena comunicación con mi pareja?, 7 puntos para comunicarme efectivamente

La mala comunicación en una relación causa distanciamiento, peleas, separaciones e incluso divorcios. Este es un aspecto que debe abordarse con sumo cuidado antes de que sea demasiado tarde.

Existen muchas formas de comunicarse y, por increíble que parezca, las palabras representan solo una parte muy pequeña de la comunicación en su totalidad.

¿Cómo puede ser esto posible si al hablar estoy comunicando? Sí, pero el uso de un tono de voz suave, por ejemplo, se lleva casi todos los premios en esta actividad humana que parece fácil pero que en realidad es bastante compleja.

El lenguaje corporal puede ser un gran apoyo o un gran obstáculo para tu mensaje. El cuerpo no sabe mentir, por lo que si aprendes a interpretarlo, podrás darte cuenta si lo que estás expresando es verdad o una completa mentira.

La comunicación en la pareja es el área a la que debemos prestar mayor atención, ya que cuando la descuidamos, el respeto, la lealtad e incluso la fidelidad se desvanecen.

¿Quieres saber cómo mantener una excelente comunicación con tu pareja? Estas son las bases en las que apoyarte.

1.- Escuchar

Saber escuchar es la base de toda comunicación humana. Siempre que nuestra pareja habla, e incluso cuando guarda silencio, nos está comunicando algo. Consciente o inconscientemente, nos está transmitiendo un mensaje.

Debemos estar muy atentos para recibir esos mensajes de la mejor manera posible. Si pensamos que al ignorar una queja vamos a hacer que el malestar desaparezca, estamos equivocados.

No eliminaremos la necesidad de nuestra pareja al ignorarla, sino que convertiremos la situación en una bola de nieve imparable que avanza rápidamente hacia los lazos que aún nos unen a nuestro compañero.

2.- Saber comunicarse

Ahora que es nuestro turno, nos corresponde expresar lo que sentimos. No debemos dejar de comunicar lo que nos está ocurriendo, incluso si son detalles, ya que estos pueden crecer dentro de nosotros como semillas. Por lo tanto, tarde o temprano, lo que comenzó como algo "insignificante" podría convertirse en algo potencialmente amargo.

Por ejemplo, si te molesta que tu pareja envíe besos a través de WhatsApp a sus amigas o compañeras de estudio, es mejor decírselo.

Si te quedas en silencio, tu desconfianza continuará aumentando y, en algún momento, sin quererlo, podrías terminar siendo muy grosera con alguna de esas mujeres, y tu novio te mirará preguntándote sin palabras: "¿Qué te pasa?"

3.- Diálogo vs Monólogo

La prueba definitiva para distinguir entre un diálogo y un monólogo es bastante sencilla. Mientras tu pareja habla, ya tienes algo preparado para responder. La frase está en tu garganta y ansías que salga por tus labios.

Si al concluir su discurso le sueltas esa frase que ya tenías lista, entonces estás en un monólogo.

"¿Cómo puede ser? Dejé que terminara de hablar... la escuché durante cinco minutos seguidos". Ahí radica precisamente el problema: ¿En esos cinco minutos de escucha, no alteraste tu respuesta en función de lo que ella expresó? Si la respuesta es "no", es porque no la escuchaste, simplemente esperaste a que acabara de hablar para "escupir" la frase que tenías preparada.

En un diálogo, lo que estamos a punto de decir cambia completamente dependiendo de lo que la otra persona nos está comunicando.

4.- Hacer preguntas

Cuando se tienen dudas acerca de algo, se debe preguntar. No debemos confundir esto con una acusación. Si la otra persona se siente ofendida o percibe una acusación, no es algo que debamos asumir como nuestro problema.

Realizar una pregunta está completamente permitido y es altamente aconsejable cuando hay ciertas cosas que no terminan de acomodarse en nuestra mente.

5.- Responder preguntas

Así como nosotros tenemos el derecho de hacer preguntas, también tenemos la obligación de responder a las que se nos formulen.

Es bastante común responder con frases como "ya te lo expliqué", "no quiero hablar de eso" o "¡me ofendes!", pero estas respuestas no fomentan una comunicación sana y fluida. Es fundamental para fortalecer el vínculo amoroso.

6.- Saber manejar temas incómodos

La vida no siempre es fácil. Todos los días nos enfrentamos a asuntos que no nos agradan o nos hacen sentir incompletos, pero son parte del compromiso que implica estar en una relación.

Si nuestra pareja considera importante instalar una alarma en casa y nosotros nos hemos negado porque creemos que no es necesario, el asunto no queda zanjado. Ella seguirá pensando que sí lo es y esperará a que nos calmemos para retomar la conversación. Sería desafortunado que, al hacerlo, nos demos la vuelta y encendamos el televisor mientras desde otra habitación le decimos: "Ya te dije que no. ¡Eres molesta!".

Es crucial hablar, abordar, discutir y llegar a acuerdos sobre los temas cotidianos y fastidiosos.

7.- Tener buena memoria

La falta de memoria, ya sea voluntaria o involuntaria, es una de las causas de una mala comunicación. Si en una conversación hemos accedido a algo para evitar el debate, es importante recordar esa respuesta y mantenernos fieles a ella. No es apropiado negar lo dicho o afirmar que nuestra afirmación fue solo para evitar mayores insistencias sobre el tema.

Una parte crucial de la comunicación radica en saber decir “NO”. Si la negativa implica debatir el tema por más tiempo, es necesario hacerlo; sin embargo, una vez concluida la conversación con una decisión definitiva, nuestra responsabilidad será mantenernos fieles al acuerdo y actuar conforme a la situación.

Es importante tener en cuenta que mantener una comunicación asertiva con tu pareja no garantiza la ausencia de discusiones y problemas, pero sí facilita una comprensión y un respeto mutuo que se irán fortaleciendo con el tiempo.

Agradezco cualquier comentario sobre este artículo y si consideras necesario recibir apoyo psicológico profesional en este tema o conoces a alguien que lo necesite, no dudes en contactarme para buscar la mejor solución.

Como siempre, te dejo un abrazo.

Juan José Díaz